Factores que inciden en la autonomía de los vehículos eléctricos
Como tu uso puede incidir en el rendimiento del vehículo y por ende, en su autonomía.
Como tu uso puede incidir en el rendimiento del vehículo y por ende, en su autonomía.
La autonomía que pueden brindar los vehículos eléctricos se ha transformado en uno de los aspectos más relevantes para aquellos usuarios y empresas que han decido migrar voluntariamente hacia el mundo de la electromovilidad. Si bien la autonomía depende en gran medida de la capacidad total de las baterías que están instaladas en cada modelo, hoy en nuestro mercado automotor existen vehículos propulsados con energía eléctrica que están superando los 200 -220 Km de autonomía real, lo que está favoreciendo y acelerando la adopción de esta tecnología en nuestro país.
¿Qué es la autonomía en un vehículo eléctrico?
Es la distancia máxima que puede recorrer un vehículo sin tener la necesidad de recargar las baterías.
¿Cómo se mide la autonomía en los vehículos eléctricos?
El dato de la autonomía que declaran las marcas se obtiene a partir de estándares de homologación de emisiones y consumos que están obligados a pasar todos los modelos livianos y medianos que se venden, según el tipo de mercado. Estos estándares incorporan una serie de pruebas que deben sortear los vehículos eléctricos en entornos controlados y se evalúan una serie de parámetros, entre ellos, la distancia recorrida, velocidad, uso de aire acondicionado, ciclos de conducción, tiempos de detención, conducción constante, aceleración, temperatura ambiente, etc.
Actualmente, existe tres estándares internacionales y que se aplican en los vehículos eléctricos:
¿Qué factores inciden en la autonomía?
La autonomía máxima de los vehículos eléctricos han ido aumentando paulatinamente en los últimos años, pero hay factores que influyen directamente en la eficiencia de la batería de un vehículo eléctrico y que es relevante conocerlos:
Modo de conducción: Un estilo de conducción más agresivo, en el que se abuse del acelerador y de las frenadas bruscas, va a impactar directamente en la autonomía de los eléctricos. Es importante precisar que mientras más se acelera, mayor será la energía que se consumirá. En el caso que la conducción sea más pausada, y se aprovechen eficientemente las desaceleraciones y frenadas en los desplazamientos cotidianos por la ciudad, se podrá mejorar notablemente el rendimiento y la autonomía.
Carretera y autopistas: A diferencia de lo que ocurre con los vehículos a combustión, los eléctricos logran mayor confort y consumen menos energía en la ciudad que en pistas de altas de velocidades, como son las carreteras y autopistas. Cuando los vehículos eléctricos alcanzan velocidades constantes por encima de los 100 Km/Hora la energía que se utiliza para acelerar es mayor y su autonomía puede verse mermada significativamente.
Topografía y condiciones del terreno: Uno de los factores más importantes que pueden llegar a afectar a la autonomía de un vehículo eléctrico es la altimetría. Pendientes muy fuertes generan mayor consumo energético y menor rendimiento. En el caso contrario; si existe una bajada muy pronunciada, y no se acelera el vehículo, se puede regenerar prácticamente toda esa pendiente en descenso lo que aumentaría la eficiencia y se podría recuperar la energía de los kilómetros conducidos. Respecto al terreno, no será lo mismo transitar en vías en buen estado que en lugares no asfaltados o que están en malas condiciones y que exigirán mayor esfuerzo por parte del vehículo.
Equipos de confort: El aire acondicionado y/o la calefacción generan un alto consumo energético cuando se usan, ya que esa energía sale directamente de las baterías de alta tensión. Es importante racionalizar el uso de ambos sistemas durante los desplazamientos, ya que al encenderlos deliberadamente los kilómetros recorridos por carga serán muchísimos menores.
Peso: La autonomía también se puede ver afectada por el peso total del vehículo eléctrico, incluido el número de pasajeros y la cantidad de carga que se transporte. A mayor peso total, el vehículo necesitará mayor energía.
Niveles de carga: Operar a bajos niveles de carga, a menos del 50% o 40%, obliga a los conductores a tener que ir con mayor frecuencia hacia algún punto de carga, lo que afecta directamente a la autonomía. Si se mantiene el vehículo eléctrico con bajos niveles de carga, los kilómetros útiles para operar se verán disminuidos significativamente.
Estado de los neumáticos: Al igual como ocurre con los vehículos convencionales, comprobar regularmente que los neumáticos tengan la presión correcta que indica el fabricante es muy importante para maximizar la autonomía. Las ruedas con baja presión consumen más energía y es relevante que esta revisión se realice de manera regular.
Temperatura: Tanto el calor como el frío extremo hace que las baterías de los vehículos eléctricos consuman más energía y por lo tanto, que sea vea reducida su autonomía. En ambos escenarios, se ponen en funcionamiento elementos que consumen mayor electricidad y las baterías presentan ciertas limitaciones a la hora de reaccionar ante bajas y altas temperaturas.